Intensidad en el cuerpo, profunda angustia en el alma calma de sed blanca. Dos colitas en cada brazo, una mojada. Quería tomar agua caliente para lavar todos mis pensamientos de palabras absurdas y extrañas. Agua caliente de pasión que brota de mis ojos. Existo en cada célula, en cada cosa del lugar y por primera vez soy literaria, soy esencia pero no puedo sentir nada. No siento nada. Siento, siento, siento que me llaman. Espero de tu boca. Y cuatro reproches en cruz, me pregunto donde voy. Hacía un árbol lleno de nudos, casi no estás, ni estoy. No nos vemos. Saber que esto se podía parecer tanto al amor, que cada dedo tuyo me atraviesa la cabeza. Te siento intenso, intensa. En energía frenética. Un tiempo que pasa lento y un sanatorio de luces blancas donde el alma nunca se cura. Intoxicada de luces blancas, pegada la piel al sonido de mi ropa. No me curo, jamás me curo. Mis ojos enfermos y psicóticos. Allí donde poso mi uña. Muerte lenta, que devora putrefacción. Y nazco al fin en cada firulete de las calles, en cada taco aguja que me hunde el cuerpo y el alma sin ache. Porque sueno, porque grito, porque cada parte de mi muere por la misma razón en dos momentos distintos. Y me leo tuya, suya y de nadie. Nadie sabe decirme "vos". No hay sonidos. Silencio que el silencio me habla en el oído. Sentirme ahora en tus dedos, estorbando pensamientos. No soy automática aunque te guste. Load, en el fondo solo eso. Un poco de tecnología absoleta. Artefacto de tus manos transpiradas con olor a nervios. No me dejes, ni te vayas, dejame irme del hospital que me encierra. No soy huésped de ninguna casa negra.
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En mi república las cosas serían al revés. Buscaría tiempo en el centro de cada flor. Trabajar sería pensar en dos o tres artículos de arte. Habría agua fresca, pero no fría, en cada esquina y banquetes de cuadras enteras con la comida que pensamos en cada momento. No existirían instituciones, mas solo una que eche de mi república a aquél que se llena de juicios morales y una que lo deje quedarse para enseñarle a enloquecer y a vivir sin casillas estructurantes. Mi república sería una república del sin-sentido. Absurda de cabo a rabo e inmaterial, como solo sabe ser ella misma.
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3 comentarios:
Pienso en la vibración de los cuerpos, en que el mínimo contacto con el otro genera una puerta nueva hacia algo desconocido, y los dedos que se adentran en la mente ya no son nudos, ya no son espinas, son algo indefinido, como una mancha que se extiende pero ya no molesta, no perturba, pero está presente allí en tu interior.
me pregunto si realmente se puede no sentir, no oler, no percibir, no tocar, no ver...los sentidos en sus extremos de vaciamiento, todas las palabras nulas e inertes, estériles...ni siquiera una ráfaga de viento podría elevarlas de las mas profundas tumbas en las que yacen.
Nuevamente aqui entre tus palabras, abrazos y mas arcoiris en un dia tapado por el agua.
Nenaa.. yo no seré una poeta, pero te puedo asegurar que leí cada una de las entradas del blog y se me puso la piel de gallina... sabés que te adoro y por más que no nos veamos estoy con vos más allá de lo que nos separe.. espero estés bien, y dale para adelante con ésto que estás haciendo que es increíble!!..
Cami
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