viernes, 22 de febrero de 2008

La tempestad: reminicencias de una tarde con Miranda

Intensidad en el cuerpo, profunda angustia en el alma calma de sed blanca. Dos colitas en cada brazo, una mojada. Quería tomar agua caliente para lavar todos mis pensamientos de palabras absurdas y extrañas. Agua caliente de pasión que brota de mis ojos. Existo en cada célula, en cada cosa del lugar y por primera vez soy literaria, soy esencia pero no puedo sentir nada. No siento nada. Siento, siento, siento que me llaman. Espero de tu boca. Y cuatro reproches en cruz, me pregunto donde voy. Hacía un árbol lleno de nudos, casi no estás, ni estoy. No nos vemos. Saber que esto se podía parecer tanto al amor, que cada dedo tuyo me atraviesa la cabeza. Te siento intenso, intensa. En energía frenética. Un tiempo que pasa lento y un sanatorio de luces blancas donde el alma nunca se cura. Intoxicada de luces blancas, pegada la piel al sonido de mi ropa. No me curo, jamás me curo. Mis ojos enfermos y psicóticos. Allí donde poso mi uña. Muerte lenta, que devora putrefacción. Y nazco al fin en cada firulete de las calles, en cada taco aguja que me hunde el cuerpo y el alma sin ache. Porque sueno, porque grito, porque cada parte de mi muere por la misma razón en dos momentos distintos. Y me leo tuya, suya y de nadie. Nadie sabe decirme "vos". No hay sonidos. Silencio que el silencio me habla en el oído. Sentirme ahora en tus dedos, estorbando pensamientos. No soy automática aunque te guste. Load, en el fondo solo eso. Un poco de tecnología absoleta. Artefacto de tus manos transpiradas con olor a nervios. No me dejes, ni te vayas, dejame irme del hospital que me encierra. No soy huésped de ninguna casa negra.

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En mi república las cosas serían al revés. Buscaría tiempo en el centro de cada flor. Trabajar sería pensar en dos o tres artículos de arte. Habría agua fresca, pero no fría, en cada esquina y banquetes de cuadras enteras con la comida que pensamos en cada momento. No existirían instituciones, mas solo una que eche de mi república a aquél que se llena de juicios morales y una que lo deje quedarse para enseñarle a enloquecer y a vivir sin casillas estructurantes. Mi república sería una república del sin-sentido. Absurda de cabo a rabo e inmaterial, como solo sabe ser ella misma.

jueves, 21 de febrero de 2008

Directrices

(Villa Gesell)

-Me gustó abrazarte hoy...

Terminó de tipear y miró el teclado blanco sucio debajo de cada dedo. No hacía mucho calor porque el aire acondicionado seguramente estuviera en 25ºC. Brilló de soslayo la ventana en la barra de herramientas de la pantalla.

- Si, fue casi un mimo.
- No fue un mimo, fue una despedida, un gesto de comprensión, de amor...
Me tengo que ir. Es mejor así...te voy a extrañar, tanto.
-Tanto, ojalá estés bien. Te quiero.

Sin casi mirar la respuesta, cerrar sesión, y apagó la ventana del Messenger. Pagó cuatro pesos con cincuenta en la ventanilla y subiéndose el cierre de la campera rompevientos azulina salió con su figura esbelta al frío húmedo impregnado de mar.

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Y vale dejarme en mi locura discontinua, si casi no te palpo a través de los cables invisibles. No hay hoy computadoras posibles. No tengo nada que decir, ni ahora ni nunca. El silencio me atraviesa el cuerpo entero, me penetra sin permiso, soy solo signo de algo que no se nombra. En el vacío de mi mente no hay lenguas que aprender ni mensajes que transmitir, solo nada, sola absurda insignifancia de despecho e insolencia. Buscaba acompañante no terapéutico, si mayéutico porque tengo un lugar al que llevarnos, aunque no sepa el rumbo irrazonablemente lógico. Y no hay nada que pueda decirte. En la constelacion de sueños las imágenes promiscuas que bailan al pie de mi ventana y no vale juzgarlas de miseria humana. Son solo ilusiones quebradas que corren hacía ningún lugar. Empapadas de angustia no hay refugios golpeados, hacé silencio carajo, silencio. Ahí en el blanco de mi hoja, tengo un deseo infantil que aún respira. Vértigo.

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martes, 19 de febrero de 2008

Descompuesto

Descompuesto

De carne.
Los contagio,
sin apuro.
Huir es lo mejor.

Podría ser angustia
...en catársis.


Enfermo,
enfermo el cuerpo.
Podredumbre.

Hongos violáceos,
nada.
Pinta con óleos.

Desaparece,
ocaso de intenciones,
gangrena en la arena,
garganta seca.

Insana-mente.
mis, seria.
Los pulmones no alcanzan.
Las vértebras no alcanzan.

Lanza en el vacío,
atraviesa el abismo.
MUERTA, ubre con lepra.
tierra devora etérea.

Mi lengua enferma,
ferma.
Germina el alma.

no vale palabrar.

quieta, quieta, quieta...




PUM!







- "subite el cierre de la campera"



silencio