Mil pasillos, ninguno me conduce hacía ti. De todos modos,me gusta buscarte, me enamora buscarte. Camino para llegar a una pared hueca y dos metros de plástico gris sostienen a otra penetrada por cada trazo de pincel, por cada pelo erizado de tu nuca. Te tengo entre mis cejas, te cuido en cada repliegue de mis manos. Gozo el pelo rubio que jamás tendré y tu espalda lisa apoyándose en mis pestañas tupidas de flores robadas.
Estúpido cada paso que doy queriendo igualar tus huellas, estúpido el día que pregunté por tu existencia y en una oscura recepción no pudieron más que contestarme que no estabas allí.
Una sombra que busca un cuerpo, un cuerpo que busca un vestido rojo como la sangre que se derrama en mil suspiros. Mujer que no puedes ser más que el rostro de tu cabello maniatado, mujer sin cara ni sombra, mujer de trapo y pechos desnudos que se esconden. Tan lejos como un insecto que se revuelca en la salvia de un tallo, cerca como la fuerza misma del impacto.
Te tengo, te quiero ahora, te cuido, te mimo, te beso, me acompañas, te escribo escribiéndome. Escriba escriba escriba... que eso no se hace niña.
Muertas caen.
Mil pedazos de cristal que se incrustan en el cemento de avenida Libertador...por Derecho.